Claves para asegurar la eficiencia en cada proyecto de infraestructuras críticas garantizando la fiabilidad operativa y el ahorro energético

En los entornos donde la continuidad operativa es imprescindible, como centros de procesamiento de datos, salas técnicas o redes industriales, la elección de un sistema de alimentación ininterrumpida (SAI) no puede basarse únicamente en potencia nominal o precio.

Un SAI fiable debe responder a una serie de criterios técnicos que aseguren no solo protección frente a cortes de suministro, sino también eficiencia energética, escalabilidad, capacidad de integración y soporte a largo plazo.

Factores técnicos

El primer aspecto crítico a valorar es el nivel de disponibilidad requerido por la instalación. Como es lógico, no es lo mismo proteger una infraestructura de soporte que una red de producción continua o un sistema de atención sanitaria.

El SAI debe seleccionarse en función de la sensibilidad de la carga y la tolerancia al fallo. En instalaciones críticas, la recomendación general es optar por soluciones de doble conversión con bypass estático y manual, capaces de ofrecer una protección constante frente a cualquier perturbación de red.

Otro factor técnico esencial es la escalabilidad. Las soluciones modulares han ganado protagonismo por su capacidad de crecimiento sin interrupción del servicio. Permiten ampliar potencia instalada o capacidad de baterías de forma progresiva, adaptándose a la evolución del consumo sin sobredimensionar desde el inicio. Esto es especialmente relevante en proyectos de CPDs en expansión o instalaciones con previsión de crecimiento a medio plazo.

Rendimiento y ahorro energético

El rendimiento energético es otro parámetro clave. En equipos que funcionan 24/7, incluso pequeñas mejoras en la eficiencia del SAI pueden suponer ahorros energéticos significativos. Por ello, es importante valorar el rendimiento tanto en carga plena como parcial, así como la clasificación de eficiencia en modos ECO o Smart Mode, para lo que la certificación de eficiencia ofrece una referencia objetiva.

Desde un punto de vista de integración, es fundamental que el SAI sea compatible con los sistemas de monitorización existentes o proporcione sus propias herramientas de gestión y comunicación. Asimismo, la capacidad de integrar alarmas, estados y estadísticas es hoy una exigencia habitual en instalaciones técnicas bien gestionadas.

En cuanto al sistema de baterías, conviene analizar no solo la autonomía necesaria, sino también el tipo de tecnología (VRLA, Litio-Ion, NiCd) y su capacidad de recarga. En escenarios industriales o de climatología exigente, conviene considerar también aspectos como la temperatura de operación o la ventilación del entorno.

El proveedor es fundamental

Por último, pero no menos importante, está el respaldo técnico del fabricante y del distribuidor. Contar con un proveedor con capacidad de servicio postventa, stock de piezas, mantenimiento y asesoramiento especializado marca la diferencia cuando el SAI no puede fallar.

En ASELCOM, trabajamos con marcas líderes y ofrecemos soluciones adaptadas a cada entorno, respaldadas por un equipo técnico que acompaña desde el diseño hasta el mantenimiento. Porque la fiabilidad no es una opción, sino que es la base de todo el sistema.

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